lunes, 16 de septiembre de 2013

Libro 13. Steve Jobs, la biografía. Walter Isaacson.

sinopsis
La muerte de Steve Jobs ha conmocionado al mundo. Tras entrevistarlo en más de cuarenta ocasiones en los últimos dos años, además de a un centenar de personas de su entorno, familiares, amigos, adversarios y colegas, Walter Isaacson nos presenta la única biografía escrita con la colaboración de Jobs, el retrato definitivo de uno de los iconos indiscutibles de nuestro tiempo, la crónica de la agitada vida y abrasiva personalidad del genio cuya creatividad, energía y afán de perfeccionismo revolucionaron seis industrias: la informática, el cine de animación, la música, la telefonía, las tabletas y la edición digital.
Consciente de que la mejor manera de crear valor en el siglo XXI es conectar la creatividad con la tecnología, Jobs fundó una empresa en la que impresionantes saltos de la imaginación van de la mano de asombrosos logros tecnológicos.
Aunque Jobs colaboró con el libro, no pidió ningún control sobre el contenido, ni siquiera el derecho a leerlo antes de la publicación. No rehuyó ningún tema y animó a la gente que conocía a hablar con franqueza: «He hecho muchas cosas de las que no me siento orgulloso, como dejar a mi novia embarazada a los veintitrés años y cómo me comporté entonces, pero no hay ningún cadáver en mi armario que no pueda salir a la luz».
Jobs habla con sinceridad a veces brutal sobre la gente con la que ha trabajado y contra la que ha competido. De igual modo, sus amigos, rivales y colegas ofrecen una visión sin edulcorar de las pasiones, los demonios, el perfeccionismo, los deseos, el talento, los trucos y la obsesión por controlarlo todo que modelaron su visión empresarial y los innovadores productos que logró crear. Su historia, por tanto, está llena de enseñanzas sobre innovación, carácter, liderazgo y valores. La vida de un genio capaz de enfurecer y seducir a partes iguales.

No sé porque descargué este libro…. pero de alguna manera llegó a mi reader y la verdad es que me gustó bastante… 672 páginas…. pero se me fue como el agua… tienen una narrativa muy activa y nunca me aburrió si no todo lo contrario… estaba picadísima y me daban altas horas de la madrugada leyéndolo porque quería saber (aunque ya sabía jaja) que pasa con el mac, que pasa con pixar, que pasa con el ipod…
me encantó sumergirme en la enigmática personalidad de este señor, creo que tenía un desequilibrio mental pero eso mismo lo llevó a ser un líder triunfador y ver como la rueda de la vida da vueltas… empezó desde abajo y fundó una compañía de millones de dólares… fue despojado de ella y empezó de nuevo, tuvo muchos errores pero aprendió de ellos y cuando su compañía iba para abajo volvió a tomar las riendas y la llevó a la luna nuevamente.
otra cosa mas que comprendí es que el nunca fue programador ni diseñador… pero se rodeaba de los mejores en todas las áreas que el desconocía y simplemente los lideraba y los acosaba para que dieran lo mejor de si, diciéndoles que su trabajo era una mierda jajaja pero aun así los hacia ir mas allá de lo que creían eran sus limitaciones.
también me gustó como enfrentó sus demonios… el abandono de sus padres biológicos, el acercamiento con su hermana y la forma en que su esposa lo dominó pero a la vez le dio la estabilidad que él necesitaba… y en el mundo de los negocios las traiciones de la gente que consideraba sus amigos.
ya me hacía falta leer algo inspirador y actual… me dejó muchas enseñanzas.
cuotes:
- Jobs recordaba este incidente con claridad porque fue la primera ocasión en que se dio cuenta de que su padre no lo sabía todo. En ese momento, empezó a descubrir algo todavía más desconcertante: era más listo que sus padres.
- Para mí, volver a Estados Unidos fue un choque cultural mucho mayor que el de viajar a la India. En la India la gente del campo no utiliza su inteligencia como nosotros, sino que emplean su intuición, y esa intuición está mucho más desarrollada que en el resto del mundo. La intuición es algo muy poderoso, más que el intelecto en mi opinión, y ha tenido un gran impacto en mi trabajo.
- Al regresar tras siete meses por los pueblos de la India, pude darme cuenta de la locura que invade al mundo occidental y de cómo nos centramos en desarrollar un pensamiento racional. Si te limitas a sentarte a observar el mundo, verás lo inquieta que está tu mente. Si tratas de calmarla, solo conseguirás empeorar las cosas, pero si le dejas tiempo se va apaciguando, y cuando lo hace deja espacio para escuchar cosas más sutiles. Entonces tu intuición comienza a florecer y empiezas a ver las cosas con mayor claridad y a vivir más en el presente. Tu mente deja de correr tan rápido y puedes ver una tremenda dilatación del momento presente. Puedes ver mucho más de lo que podías ver antes. Es una disciplina; hace falta practicarla-
- Una vez leyó en un manual de psiquiatría información acerca del trastorno narcisista de la personalidad y pensó que Jobs se adecuaba perfectamente a la descripción. «Se ajustaba con tanta claridad y explicaba tantos conflictos a los que nos habíamos enfrentado, que me di cuenta de que esperar que se volviera más agradable o menos egocéntrico era como esperar que un ciego pudiera ver —afirmó—. También explicaba alguna de las elecciones que tomó con respecto a su hija Lisa por aquel entonces. Creo que el problema es la empatía, el hecho de carecer de ella».
-Posteriormente, Redse se casó, tuvo dos hijos y se divorció. De vez en cuando, Jobs suspiraba por su amor, incluso estando felizmente casado. Y cuando comenzó su batalla contra el cáncer, ella se puso de nuevo en contacto con él para ofrecerle su apoyo. Se volvía muy sensible siempre que recordaba su relación con Jobs. «Aunque nuestros valores estaban enfrentados y hacían imposible tener la relación que una vez habíamos deseado —me dijo—, el amor y el cariño que sentí por él hace décadas han seguido vivos». Del mismo modo, Jobs comenzó de pronto a llorar una tarde mientras estaba sentado en su salón recordando el tiempo pasado con ella. «Era una de las personas más puras que he conocido —afirmó con las lágrimas resbalándole por las mejillas—. Había algo espiritual en ella y algo espiritual en la conexión que compartíamos». Aseguró haber lamentado siempre su incapacidad para lograr que la relación funcionase, y sabía que ella también lo sentía. Sin embargo, no estaba destinado a ocurrir, y así lo habían acordado los dos.
- «Detesto que la gente recurra a las presentaciones de diapositivas en lugar de pensar —recordaba Jobs—. La gente se enfrentaba a los problemas creando una presentación. Yo quería que se comprometieran, que discutieran los temas sentados a una mesa, en lugar de mostrarme un puñado de diapositivas. La gente que sabe de lo que está hablando no necesita PowerPoint».
- «Sí que puedes hacerlo —afirmó—. Hazte a la idea. Puedes hacerlo». Cuando Weeks narró aquella historia, negaba con la cabeza en actitud perpleja. «Lo hicimos en menos de seis meses —comentó—. Creamos un cristal que no se había fabricado nunca».
- «Chicos, sé que os habéis estado matando con este diseño durante los últimos nueve meses, pero vamos a cambiarlo —le anunció Jobs al equipo de Ive—. Todos vamos a tener que trabajar por las noches y durante los fines de semana, y si queréis podemos repartir algunas pistolas para que podáis matarnos ahora». En lugar de oponerse, el equipo accedió a los cambios. «Fue uno de los momentos en que más orgulloso me sentí en Apple», recordaba Jobs.
- No sabíamos gran cosa el uno acerca del otro hace veinte años. Nos dejamos guiar por nuestra intuición; me hiciste flotar. Nevaba cuando nos casamos en el Ahwahnee. Los años pasaron, llegaron los niños, los buenos tiempos, los tiempos difíciles, pero nunca los malos tiempos. Nuestro amor y respeto han sobrevivido y prosperado. Hemos pasado por muchas cosas juntos, y ahora estamos en el lugar donde comenzamos hace veinte años —más viejos, más sabios—, con arrugas en el rostro y en el corazón. Ahora conocemos muchas de las alegrías, de los sufrimientos, de los secretos y de las maravillas de la vida, y seguimos aquí juntos. Mis pies nunca han vuelto a tocar el suelo.
- Decenas de los compañeros de trabajo que más ataques recibieron de Jobs acababan su letanía de historias de terror afirmando lo siguiente: había conseguido que hicieran cosas que nunca creyeron posibles.
- «Me gusta pensar que hay algo que sobrevive después de morir —comentó—. Resulta extraño pensar que puedas acumular toda esta experiencia y tal vez algo de sabiduría, y que simplemente desaparezca, así que quiero creer que hay algo que sobrevive, que a lo mejor tu conciencia resiste».
Se quedó callado durante un buen rato. «Pero, por otra parte, a lo mejor es como un botón de encendido y apagado —añadió—. ¡Clic!, y ya no estás».
Entonces hizo de nuevo una pausa y sonrió levemente. «A lo mejor por eso nunca me gustó poner botones de encendido y apagado en los aparatos de Apple»

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