lunes, 31 de marzo de 2014

Libro 17. Llama a la comadrona!. Jennifer Worth.


sinopsis:
Una historia real en el East End de Londres en 1950.
A mediados del siglo pasado, la vida en el East End de Londres era tan dura que una chica de veintidós años necesitaba agallas y humor para soportarla y comprender qué se escondía detrás del rostro maquillado de una prostituta o la chulería de un ladrón.
Cuando la joven enfermera Jenny Lee llega a la Casa Nonnatus, no sabe que es un convento; allí ha sido enviada para completar su formación como enfermera y especializarse en la profesión de comadrona.
Bajo la mirada experimentada y humana de las religiosas que gobiernan el convento, Jenny y sus tres colegas Cynthia, Trixie y Chummy traerán al mundo cientos de niños con gran entrega y humildad. Su trabajo se desarrolla en un barrio y una ciudad marcada por las cicatrices de la guerra: edificios bombardeados, basura, parásitos y pestilencia. En estas condiciones, las comadronas harán su trabajo, ayudando a muchas mujeres, todas pobres, como Conchita Warren, una española madre de 25 niños, que se lleva estupendamente con su marido inglés aunque no puedan hablar, pues el uno no entiende el idioma del otro y viceversa.
Poco a poco la vida de Jenny se verá repleta de sentido, humanidad y empatía por los demás.
Si Dickens nos dejó un testimonio de las paupérrimas condiciones de los niños condenados a trabajar en las fábricas del Londres finisecular, Jennifer Worth nos revela, con la misma humanidad, las necesidades de miles de mujeres en una época no tan lejana.
Que cosa de libro!!! me lo leí bien rapidito porque está muy interesante! la vida de esta enfermera en los años cincuenta en Londres (se han dado cuenta que la mayoría de los libros que he leído este año se desarrollan en este país? juro que ha sido sin querer!).
Me gustaron mucho todas las historias que se entrelazan en este libro, la maravilla de la vida que llega en cada nacimiento y las diferentes posturas que tiene que tomar la pobre comadrona en cada caso, hubo varias que me tocaron el corazón sobre todo en lo concerniente a los nacimientos interraciales.
me gustaron bastante las descripciones del Londres pobre y después de los bombardeos y también las descripciones de las circunstancias en que se daba a luz y pienso OMG! que diferencia a los partos de la actualidad…. también sé que es algo que se esta poniendo de moda, eso de dar a luz en casa con una comadrona, quizá sería una buena opción para sopesar…. no sé si en México eso exista…
Sé que hay una serie y tengo bastantes ganas de verla pero el horario no me va, así es que no he tenido oportunidad así es que espero pronto tener chance de verla algún día.
cuotes:
+ Cada bebé es fruto del amor o la lujuria y nace envuelto en dolor y sufrimiento, seguido de dicha o de tragedia y angustia.
+ Cuando todo pasó, me dijo: «Doy gracias por haberla conocido. Si nunca nos hubiéramos visto, o si solo nos hubiésemos cruzado sin llegar a conocernos, las grandes obras literarias del mundo, todos los poetas, las más hermosas historias de amor no tendrían significado alguno para mí. No podemos comprender aquello que no hemos vivido en carne propia»
+ El que ha amado, lo sabe. El que no ha amado, lo ignora.
+ Durante la primera mitad del siglo pasado, el humor escatológico no se consideraba vulgar ni de mal gusto entre las clases trabajadoras, pues el alivio de las necesidades fisiológicas no era algo que pudiera hacerse de un modo discreto. La privacidad era inexistente. Había una sola letrina para una docena o más de familias, y esta ni siquiera tenía una puerta digna de ese nombre, pues le faltaban las secciones superior e inferior. Así que todos sabían quién había dentro, oían cuanto ocurría y, por encima de todo, lo olían. Cuando alguien decía que otra persona «apestaba» no estaba emitiendo un juicio moral, sino constatando lo obvio.
+ Creo que, desde el instante en que vio al bebé por primera vez, Ted supo que no podía ser hijo suyo. Debió de ser un golpe duro para él, pero controló sus impulsos y reflexionó durante un buen rato, mientras sostenía al bebé. Quizá previera lo que iba a pasar.
Quizá comprendiera en aquel instante que si osaba cuestionar siquiera la paternidad del niño, este jamás superaría la humillación de ser un bastardo y todo su futuro quedaría en entredicho. Tal vez pensara mientras sostenía al bebé, que la mera insinuación destrozaría su vida y le impediría alcanzar la felicidad. Quizá se dijera que una mujer independiente y enérgica como Winnie no podía sentirse sexualmente atraída o colmada por él. Quizá una voz de ángel le sugiriera que había preguntas que era mejor no formular ni contestar.
Así que se decantó por la vía más inesperada, pero también la más sencilla. Eligió ser el loco que no alcanza a ver lo evidente.
+ ¿Cómo vas a querer a un montón de gente ignorante y bruta a la que ni siquiera conoces? ¿Acaso hay alguien que ame la inmundicia y la miseria? ¿O los piojos y las ratas? ¿Quién puede amar el cansancio agotador, y seguir trabajando pese a ello? Nadie puede amar tales cosas. Uno solo puede amar a Dios, y a través de Él llegar a amar a los hombres, en tanto que súbditos Suyos.















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