miércoles, 19 de marzo de 2014

Libro 13. Mujercitas. Louisa May Alcott.

kjlkjlsinopsis:
Este delicioso y emotivo relato narra historia de la señora March y sus cuatro hijas: sus enamoramientos, sus aspiraciones intelectuales, sus complicaciones, su vida. con una fina descripción de caracteres, muestra el crecimiento de estas niñas poniendo gran énfasis en el espíritu de la libertad individual, inusual para una época en que la mentalidad estaba dominada por un ideal romántico puritano. les señoritas de Luisa May Alcoti demuestran sus aptitudes sociales tocando el piano, bordando o manteniendo una conversación fluida, amable y elegante. El ‘gran salón burgués” es la región del decoro y de las confesiones amorosas, al tiempo que actúa como soporte para interpretar y cuestionar diferentes aspectos de la guerra civil norteamericana.
que libro tan delicioso!!!!! me ha encantado! es un libro sumamente hermoso, escrito de una manera tan bella! los personajes son maravillosos! y definitivamente me ha abonado el corazon, me gustó muchisimo! es un verdadero clasico lleno de personajes entrañables tan bien fabricados!
Obvio que vi la pelicula, donde sale Winona y me habia gustado bastante asi es que ya sabía bastante por donde iba la onda… pero aun asi me pareció fenomenal! encantador! me hubiera gustado leerlo de adolescente y me hubiera enamorado igual o mas!
Mis personajes favoritos fue la mamá con todos sus deseos de ver felices a sus hijas, como las educa con amor y hay me derretia! y Laurie! ohhhh Laurie! como no querer a ese muchacho que se robó el corazón de las March y el mio….
debo decir que me sentí algo decepcionada al terminar el libro, que termina en que Meg se compromete… y para averiguar que hay la segunda parte que se llama “Buenas esposas” que es donde Laurie le propone a Jo y termina casandose con Amy…. lo busqué y ya está en el reader a ver que tal… por lo pronto el titúlo no me gustó jajaja
es un libro destinado a convertirse en uno de los favoritos de mi corazon junto con los de Austen…
cuotes:
+ Era muy hogareña, y ayudaba a Hanna a tener la casa limpia y cómoda para las trabajadoras, sin esperar más recompensa que la del cariño de los suyos.
+ Fueron y preguntaron a una vieja qué métodos podrían usar para ser felices, y ella les dijo: "Cuando se sientan descontentas, piensen en lo que poseen y estén agradecidas." Como eran chicas razonables, decidieron seguir el consejo, y quedaron sorprendidas al ver lo ricas que eran. Una descubrió que el dinero no podía evitar que la vergüenza y la tristeza entraran en las casas de los ricos; otra, que, aunque pobre, era mucho más feliz con su juventud, salud y buen humor, que cierta señora, vieja y descontentadiza, que no sabía gozar de sus comodidades; una tercera, que desagradable como era trabajar en la cocina, era más desagradable tener que pedirlo como una limosna, y la cuarta, que las sortijas de cornalina no eran tan valiosas como la buena conducta. Así, convinieron en dejar de quejarse, gozar de lo que ya tenían y tratar de merecerlo, no fuera que lo perdiesen, en vez de que aumentara; y creo que nunca se arrepintieron de haber seguido el consejo de la vieja.
+ el amor desecha el temor, y la gratitud vence el orgullo.
+ Cómo has aprendido a mantenerte tranquila? Eso es lo que encuentro difícil, porque las palabras mordaces saltan de mis labios antes de que me dé cuenta, y cuanto más digo, peor me pongo, hasta llegar a herir los sentimientos de los demás y decir cosas terribles.
+ —Quiero que mis hijas sean hermosas, distinguidas y buenas, que se hagan querer y respetar; que tengan una juventud feliz; que se casen bien y prudentemente; que pasen vidas útiles y felices, tan libres de dificultades y tristeza como Dios quiera concedérselas. Ser amada y distinguida por un hombre bueno es lo mejor que puede ocurrirle a una mujer, y mi esperanza es que mis hijas conozcan esta hermosa experiencia. Es natural pensar en ello. Meg, es justo esperarlo y prudente prepararse para ello, de manera que cuando llegue la hora puedan sentirse listas para sus deberes y dignas de la felicidad. Hijas mías, soy ambiciosa para ustedes; pero no deseo que hagan un papel ruidoso en el mundo, ni que se casen con hombres ricos porque son ricos o que tengan casas espléndidas, que no sean verdaderos hogares, porque falte el amor en ellos. El dinero es cosa útil y preciosa, y también noble cuando se emplea bien; pero no quiero que lo consideren como el primero o el único premio que ganar. Preferiría verlas esposas de hombres pobres si fueran felices, amadas y contentas, que reinas en sus tronos sin propia estimación ni paz.
+ —Bien dicho, Jo; más vale ser solteronas felices que casadas desgraciadas o muchachas inmodestas a caza de maridos —dijo decididamente la señora March —. No hagas caso, Meg; la pobreza rara vez intimida al hombre que ama de veras. Algunas de las madres y más estimadas mujeres que conozco eran muchachas pobres, pero tan dignas de ser amadas que no alcanzaron a ser solteronas. Dejen tales cosas al tiempo. Hagan feliz este hogar, para que estén preparadas para sus propios hogares, si es ésa vuestra suerte, y contentas si no lo es. Recuerden una cosa, hijas mías: su madre está siempre lista para ser su confidente, y vuestro padre para ser vuestro amigo; esperamos y confiamos que nuestras hijas, casadas o solteras, constituirán el orgullo y consuelo de nuestras vidas.
+ Desearía ver a John bien establecido en algún negocio bueno que le proporcionara ingresos suficientes para mantenerse libre de deudas, y dar una vida confortable a Meg. No ambiciono una fortuna espléndida, ni una posición mundana, ni un nombre famoso para mis hijas. Si el rango y el dinero vienen acompañados del amor y la virtud, los aceptaría agradecida y gozaría con vuestra buena fortuna; pero sé por experiencia cuánta felicidad real se encuentra en una casa pequeña, donde se gana el pan diario y algunas privaciones dan mayor dulzura a los pocos placeres. Estoy contenta de que Meg comience con una posición humilde, porque si no me engaño, será rica en la posesión del corazón de un hombre bueno, y eso tiene más valor que una fortuna.

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