miércoles, 9 de abril de 2014

Libro 21. ¡Muuu!. David Safier.


sinopsis:
Muuu!, de David Safier, autor de otras obras de la narrativa de humor como Jesús me quiere o Una familia feliz, es una divertidísima fábula protagonizada, al igual que Maldito karma, por animales; y con los mismos ingredientes que hicieron de esta novela un éxito: optimismo y mucho sentido del humor.
¡Muuu! es un a divertidísima novela protagonizada por una heroína conmovedora que lucha por hacer realidad sus sueños: la felicidad y el amor. David Safier es todo un fenómeno literario. Lolle, una vaca del norte de Alemania, pasa por una etapa bastante mala: no sólo ha descubierto que su queridísimo toro Champion la engaña con esa vaca idiota de Susi. No, además se ha enterado de que el agricultor quiere vender la finca y que todas las vacas del rebaño acabarán entre dos rebanadas de pan. Pero aún hay esperanza. Un gato italiano de mundo le dice que existe un paraíso para las vacas: ¡la India! De manera que Lolle decide poner pies en polvorosa esa misma noche con sus dos mejores amigas y emprender el peligroso viaje hacia la tierra prometida.
Situaciones delirante y una particular filosofía de la vida.
«Ni Platón ni Prozac: David Safier propone carcajadas para los malos tiempos». La Vanguardia.
«Nada de filosofía sesuda y tampoco pastillas de la felicidad. La fórmula que el escritor alemán David Safier está demostrando que funciona es la de abordar, con unas buenas risas, los problemas que nos quitan el sueño hoy en día: la familia, el desamor, las crisis de fe… » Telecinco.es
David Safier se ha convertido en uno de mis autores favoritos! me encantan sus libros! se me hacen tan hilarantes, divertidos y que nunca sé lo que va a pasar.
en esta ocasion vemos la vida desde los ojos de una vaca y su manada, y me rei mucho al ver las conclusiones que sacan de la forma en que vivimos los humanos jaja, me parecio bastante gracioso, aunque si bien es cierto debo reconocer que no es el mejor de sus libros pero aun asi tiene su toque, y al final…. las vacas tambien buscan la felicidad….
cuotes:
+ Con todas mis fuerzas le estampé las patas traseras en el bajo vientre. Dejó caer la escopeta, se dobló por la mitad y exclamó:
—¡Ayyyyy! ¡Qué dolor de huevos!
Se me pasaron muchas preguntas por la cabeza: ¿dónde llevaba los huevos el ganadero? Al fin y al cabo no era una gallina. Y ¿cómo era posible que los huevos sintieran dolor? Y, sobre todo, ¿no sería mejor que dejase de hacerme preguntas —teniendo en cuenta que podía coger la escopeta en cualquier momento— y echara a correr sin más?
+ ¿Qué decía la abuelita Hamm-Hamm? —quise saber.
—Seguridad, felicidad y amor... Todo ello está en ti.
Miré en mi interior: aparte de la extraña sensación en la zona pélvica, por desgracia no encontré demasiado... Y ciertamente nada de felicidad
+ Rabanito dejó de llorar de golpe, resopló hondo y afirmó:
—Tenemos suerte, y deberíamos disfrutarla.
Nos quedamos tan sorprendidos que también nosotros nos enjugamos las lágrimas.
Conque eso era la felicidad.
El hecho de estar vivo.
Así de sencillo
+ Lloró y lloró en mi piel, y yo lo dejé hacer con mucho gusto. En ese momento comprendí que no era fácil que la felicidad durara, pero que la infelicidad se quedaba para siempre. Si el amor era una porquería, la infelicidad era una auténtica porquería.
+ —Para las personas il dinero è más importante que la comida, la bebida, el amore y el sexo.
—¿Por qué? —quise saber, perpleja.
—Perque con él consiguen comida, bebida, amore y sexo
+ —Creo que preferiría seguirte a ti.
Y esbozó una sonrisa encantadora. Puede que en ese momento incluso me hubiera alegrado, pero a fin de cuentas se trataba de Champion, y sabía que después de una frase así de bonita sólo había que contar hasta tres para que soltara alguna estupidez. De manera que comencé a contar para mí: Uno... Dos... Tres...
—Porque si te siguiera a ti —añadió risueño Champion— te vería ese culo tan bonito.
Ay, era tan previsible.
+ Y es que a veces las ilusiones deparan más alegría que la realidad.
+ —Porque en el fondo creo que podemos ser felices juntos. Y con «podemos» me refiero también a ti. Pero siempre te interpones, porque buscas la perfección: el paraíso perfecto, el toro perfecto, que evidentemente no soy yo...
—Evidentemente... —repetí con cierta obstinación aún.
—Lo bueno no es el enemigo de lo mejor, sino lo mejor de lo bueno.
De algún modo no me hacía gracia cuando hablaba con tanta sensatez. Y seguía:
—Cuando uno sólo busca lo mejor, no disfruta de lo bueno que tiene.
Tenía sentido
+ Ambas eran felices y ya no se peleaban. De manera que las discusiones pasadas no tenían su origen en el hecho de que fuesen tan distintas, sino en que las dos eran infelices y lo pagaban con los demás-
+ Rabanito la quería, y se alegraba desinteresadamente de que fuera feliz, tanto si Hilde le correspondía como si no. Rabanito no buscaba la perfección, sino que era feliz con lo bueno.
+ No puedes acudir siempre a Naia para protestar por todo.
—¿Por qué no?
—Porque cada cual es responsable de su propia felicidad.
+ Sin embargo, la ternera blanca escuchaba a su madre con gran atención, y de ese modo ya de pequeña aprendió algo que a sus valientes protectores les costó media vida comprender: la felicidad les llega a quienes cogen la vida por los cuernos.



















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