jueves, 23 de febrero de 2012

Libro 8. Ana y la casa de los sueños. L.M. Montgomery


Uno mas a la lista, y uno menos de esta saga.
Después del anterior “Ana de los álamos ventosos” que no me gustó mucho que digamos.. me la pensé un poco para agarrar este libro, pero el titulo me atrapó… “Ana y la casa de los sueños” y dije bueno va…

Este libro si me gustó! La autora volvió a su estilo habitual y me atrapó nuevamente… y también investigue y resulta q el libro anterior fue escrito después de que terminaron la saga… como una especie de puente para enlazar los libros y para llenar un vacío que había en la vida de Ana… así es que como que la autora se lo echó así nomas y como que no le echó tanto feeling

Pues esta vez por fin Ana y Gilbert se casan y se van a vivir a su casa de los sueños, una pequeña casita en medio de un bosque con todo lo que había soñado Ana, allí conoce amigos a los que con su amistad les cambia la vida y tiene sus dos primeros hijos, su primera hija Joy muere el día de su nacimiento lo que se traduce en que sobreprotegen a su segundo hijo…

Lo que más me llamó la atención del libro fue que las  referencia a que Ana está embarazada son muy graciosas… en si nunca dicen que está embarazada hasta “que un rayo de luz ilumina la casa”

Me encantó el concepto de la casa de los sueños… tanto que creo que lo voy a adoptar…

Citas:
“—No permitas que lo que diga la señora de Harmon te preocupe —dijo Diana con la serena actitud de quien lleva cuatro años casada—. La vida de casada tiene sus altibajos, por supuesto. No esperes que todo vaya siempre a las mil maravillas. Pero te aseguro, Ana, que es una vida feliz si estás casada con el hombre que quieres.”

“Pero fue una muy feliz y hermosa novia la que bajó las viejas escaleras cubiertas de alfombras tejidas en casa, aquel mediodía de septiembre: la primera novia de Tejas Verdes, esbelta y de ojos brillantes bajo su velo de novia, con los brazos llenos de rosas. Gilbert, que la esperaba abajo, en la sala, la miró con ojos rebosantes de adoración. Por fin era suya aquella Ana evasiva, tanto tiempo ansiada, ganada tras años de paciente espera. Hacia él venía, en la dulce entrega de una novia. ¿La merecía? ¿Podría hacerla todo lo feliz que quería? Si le fallaba, si no podía llegar a ser todo lo que ella esperaba de un hombre... Entonces ella tendió la mano, sus ojos se encontraron y todas sus dudas se desvanecieron y se convirtieron en una gozosa certidumbre. Se pertenecían el uno al otro y, fuera lo que fuere lo que les deparara la vida, nada cambiaría eso. La felicidad de cada uno estaba en manos del otro y ninguno de los dos tenía ningún temor.”

“No me gustaban mucho los gatos hasta que encontré a Segundo Oficial —comentó, con el acompañamiento del sonoro ronroneo del gato—. Le salvé la vida y, cuando se salva la vida de alguien, es obligado quererlo. Es casi como dar vida. Hay gente muy desconsiderada en el mundo, señora Blythe. Algunos de los de la ciudad, que tienen casas de verano en el puerto, son tan desconsiderados que llegan a ser crueles. Es la peor clase de crueldad, la de los que no piensan. Uno no puede contra ella. Tienen gatitos en el verano, los alimentan, los miman y los adornan con cintas y collares. Y después, en el otoño, se van y los dejan que se mueran de hambre o de frío. Me hace hervir la sangre, señora Blythe. Un día del invierno pasado, encontré a una gatita mamá muerta en la costa, sobre los cuerpos, que eran piel y huesos, de sus tres gatitos. Había muerto tratando de protegerlos. Tenía las patitas rígidas alrededor de ellos. Lloré, Señor. Después insulté. Y me traje los gatitos a casa, los alimenté y les encontré buenos hogares. Yo conocía a la mujer que había abandonado la gata y, cuando volvió este verano, fui al puerto y le dije lo que opinaba de ella. Era meterme en la vida ajena, pero me gusta meterme cuando se trata de una buena causa”

“—No necesito del fuego para leer vuestro futuro —dijo—. Veo felicidad para todos: para Leslie y el señor Ford, para el doctor y la señora Blythe, y el pequeño Jem, y para los niños que todavía no han nacido pero ya nacerán. Felicidad para todos, aunque pienso que también habrá problemas, preocupaciones y penas. Van a llegar, y no hay casa, ya sea un palacio o una casita de los sueños, que pueda ahuyentarlos. Pero, si os enfrentáis juntos con amor y confianza, no ganarán. Podréis capear cualquier tormenta con estos dos compañeros a guisa de brújula y timonel.”

“—Sabes que vas a querer esa casa de Glen cuando hayas vivido en ella lo suficiente para tener queridos recuerdos tejidos en ella —le dijo Leslie—. Allí irán amigos, como han venido aquí, la felicidad la glorificará para ti. Ahora no es más que una casa, pero los años la convertirán en tu hogar”

1 comentario:

  1. ¡ayyy! yo tengo a Ana abandonada desde el tercer libro me parece...a ver si ya me pongo a terminar de leer los libros....por lo pronto, ya me enteré que si se casa con Gilbert (¡ayyy que bueno!) Por cierto, ni se como salga el comentario, pero soy Ale, de bibliobulimica que lleva como una hora aquí paseando por tu blog (y Sayula jajaja)
    besos

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