lunes, 2 de abril de 2012

Libro 14. El tiempo entre costuras. María Dueñas


Leí varias reseñas de este libro en varias páginas que lo alababan mucho… y aunque no me llamaba mucho la atención lo descargue en el reader… 600 páginas WTF! Pero dije.. bueno va… y no me arrepiento.
Es un libro inspirado en los años treinta y más me gustó porque por esos días fui a una fiesta de esta época y me caracterice jaja
Pues la historia trata de una humilde costurera que por azares del destino termina siendo una gran modista chic cosiendo para las principales señoras de los alemanes durante la segunda guerra mundial, y termina siendo espía de los americanos.
La trama es muy buena… no es predecible así es que te mantiene interesado… y a pesar de que son más de 600 páginas! Se me pasó como agua… me gustó!
Lo que más me gustó fue como la vida de Sira la protagonista fue marcada profundamente por la aparición de 4 hombres en su vida, su padre, su primer amor, su amor pasional y el amor de su vida… y como ellos se aparecían continuamente cambiando el curso de su vida…
Esta bueno… se los recomiendo mucho… sobre todo porque mezcla personajes ficticios con personajes de la vida real… como Rosalinda Fox, que era una americana amante de un alto político español y que dicen los que saben que lo influencio para cambiar el rumbo de la segunda guerra mundial…
Bueno pues si tienen un ratito es un libro muy recomendable!
Cuotes:
“«Larga y escarpada es la senda de la vida. No todos llegan hasta el ansiado final, allí donde esperan el éxito y la fortuna. Muchos quedan en el camino: los inconstantes, los débiles de carácter, los negligentes, los ignorantes, los que confían sólo en la suerte, olvidando que los triunfos más resonantes y ejemplares fueron forjados a fuerza de estudio, perseverancia y voluntad. Y cada hombre puede elegir su destino. ¡Decídalo!»”

“Sira, mi amor:

Antes de que sigas leyendo quiero que sepas que te adoro y que tu recuerdo vivirá en mí hasta el fin de los días. Cuando leas estas líneas yo ya no estaré cerca, habré emprendido un nuevo rumbo y, aunque lo deseo con toda mi alma, me temo que no es posible que tú y la criatura que intuyo que esperas tengáis, de momento, cabida en él.
 Quiero pedirte disculpas por mi comportamiento contigo en los últimos tiempos, por mi falta de dedicación a ti; confío en que entiendas que la incertidumbre generada por la ausencia de noticias de las Academias Pitman me impulsó a buscar otros caminos por los que poder emprender el tránsito al futuro. Fueron varias las propuestas estudiadas y una sola la elegida; se trata de una aventura tan fascinante como prometedora, pero exige mi dedicación en cuerpo y alma y, por eso, no es posible contemplar a día de hoy tu presencia en ella.
 No me cabe la menor duda de que el proyecto que hoy emprendo resultará un éxito absoluto pero, de momento, en sus estadios iniciales, necesita una cuantiosa inversión que supera mis capacidades financieras, por lo que me he tomado la libertad de coger prestado el dinero y las joyas de tu padre para hacer frente a los gastos iniciales. Espero poder algún día devolverte todo lo que hoy adquiero en calidad de préstamo para que, con los años, puedas cederlo a tus descendientes igual que tu padre hizo contigo. Confío también en que el recuerdo de tu madre en su abnegación y fortaleza al criarte te sirva de inspiración en las etapas sucesivas de tu vida.
 Adiós, vida mía. Tuyo siempre,

Ramiro

PD. Te aconsejo que abandones Tánger lo antes posible; no es un buen lugar para una mujer sola y, menos aún, en tu actual condición. Me temo que puede haber quien tenga cierto interés en encontrarme y, si no dan conmigo, puede que intenten buscarte a ti. Al dejar el hotel, trata de hacerlo discretamente y con poco equipaje: aunque voy a procurarlo por todos los medios, con la urgencia de mi partida no sé si voy a tener oportunidad de liquidar la factura de los últimos meses y jamás podría perdonarme que ello te trastornara en manera alguna.
 (que bueno que la quería!desgraciado!)

“—La primera Nochebuena fuera del nido es muy requetejodida, pero hay que tragarse el sapo, chiquilla. Aún recuerdo la mía, y mira que en mi casa éramos pobres como las ratas y apenas hacíamos otra cosa en toda la noche más que cantar, bailar y darle a las palmas, que de echarse al coleto poca cosa había. Con todo y con eso, la sangre tira mucho, aunque lo que hayas compartido con tu gente no hayan sido más que fatiguitas y miserias”
“—Todo pasará, Juan Luis, déle tiempo. Antes o después, al final, todo pasa”
“La normalidad no estaba en los días que quedaron atrás: tan sólo se encontraba en aquello que la suerte nos ponía delante cada mañana.”

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