sinopsis:
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradicionales. Pero este tiempo —por una vez sucesivo, y no circular—, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcillas que la mano del maestro modela y fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los zumos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.
Este es mi segundo libro de García Márquez, el primero fue cien años de soledad, y en el club de lectura quisieron leerlo a manera de homenaje.
Me gusta bastante el realismo mágico, aunque debo confesar que en momentos me cansa, y este autor en particular se me hace bastante pesado por la extensión de sus libros (ya saben que amo con locura a Isabel Allende), y después de cien años… donde tuve que casi hacer mi árbol genealógico, y algo parecido me esperaba en este libro, pero me encontré con una linda sorpresa.
Me gustó mucho la historia de amor, la perseverancia de Florentino y el hacerse del rogar de Fermina jaja y el cuento de sus vidas paralelas que se unieron un momento y después cada uno tuvo que vivir lo que tenia que vivir para terminar juntos, el final me fascinó! y se me hizo una historia que increíblemente bien refleja lo que es la vida… y que mejor ejemplo de ese dicho que dice: “Cuando te toca, aunque te quites, cuando no te toca, aunque te pongas”.
cuotes:
- Así se enteró de que ella no pretendía casarse con él, pero se sentía ligada a su vida por la gratitud inmensa de que la hubiera pervertido. Muchas veces se lo dijo: Te adoro porque me volviste puta.
Dicho de otro modo, no le faltaba razón. Florentino Ariza la había despojado de la virginidad de un matrimonio convencional, que era más perniciosa que la virginidad congénita y la abstinencia de la viudez. Le había enseñado que nada de lo que se haga en la cama es inmoral si contribuye a perpetuar el amor. Y algo que había de ser desde entonces la razón de su vida: la convenció de que uno viene al mundo con sus polvos contados, y los que no se usan por cualquier causa, propia o ajena, voluntaria o forzosa, se pierden para siempre.
- El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno”.
- Recuerda siempre que lo más importante de un buen matrimonio no es felicidad sino la estabilidad.
- Los hombres somos unos pobres siervos de los prejuicios. En cambio, cuando una mujer decide acostarse con un hombre, no hay talanquera que no salte, ni fortaleza que no derribe, ni consideración moral alguna que no esté dispuesta a pasarse por el fundamento: no hay Dios que valga.
- El amor se hace más grande y noble en la calamidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario